Alerta en Villa La Angostura: la Laguna Calafate depura contaminantes, pero no alcanza

Un reciente estudio ambiental arrojó resultados ambivalentes sobre la salud ecológica de la Laguna Calafate, un humedal urbano ubicado en el barrio El Mallín. Si bien se confirmó que el cuerpo de agua cumple una valiosa función depuradora —llegando a reducir hasta el 95% de los contaminantes—, también se detectaron niveles elevados de bacterias y nutrientes que amenazan su equilibrio ecológico.
El relevamiento fue llevado a cabo por un equipo interdisciplinario de SOS Humedales, la Fundación Tejido Urbano y la Mesa del Mallín, en el marco del proceso de conexión del barrio a la red cloacal. La investigación constituye una línea de base ambiental fundamental para orientar futuras políticas de gestión sostenible en la zona.
Durante el trabajo de campo se tomaron muestras en cinco puntos estratégicos del cuerpo de agua y su costa, donde se analizaron más de 40 parámetros, incluyendo bacterias, nutrientes, metales pesados y distintas condiciones físico-químicas.
Un filtro natural bajo presión
Los resultados confirmaron que la Laguna Calafate actúa como un filtro natural clave para el ambiente local. Gracias a su capacidad de autodepuración, logra reducir significativamente la carga bacteriana entre el ingreso de aguas contaminadas y su egreso. Esta característica, típica de los humedales, forma parte de los llamados “servicios ecosistémicos” que estos ambientes prestan de manera gratuita a la sociedad.
No obstante, los investigadores también advirtieron sobre la persistencia de focos críticos. En varios sectores de la laguna se detectaron niveles de bacterias y nutrientes que superan los umbrales recomendados, una situación que podría derivar en fenómenos de eutrofización —un proceso de enriquecimiento excesivo del agua que favorece el crecimiento de algas y deteriora la calidad del ecosistema.
Aportes cloacales sin tratar, el principal desafío
Uno de los factores clave detrás de esta presión ambiental es la presencia de efluentes cloacales no tratados que ingresan al sistema. Por eso, los especialistas insisten en la urgencia de avanzar con obras de infraestructura que garanticen el tratamiento adecuado de los residuos domésticos, en línea con los planes de conexión a la red sanitaria que ya están en marcha en el barrio.
Desde las organizaciones involucradas señalaron que este diagnóstico no solo permite dimensionar el estado actual de la laguna, sino también establecer parámetros de monitoreo a futuro y planificar intervenciones que apunten a restaurar y preservar el humedal.
La situación de la Laguna Calafate vuelve a poner en primer plano la importancia de los humedales urbanos, no solo como espacios naturales, sino como infraestructuras verdes vitales para la salud ambiental de las comunidades.