América Latina se queda atrás en el compromiso global de triplicar las energías renovables para 2030

A casi dos años del compromiso asumido por más de 100 países en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), el objetivo de triplicar la capacidad global de energías renovables hacia 2030 luce cada vez más distante. Un nuevo informe del think tank internacional Ember advierte que el progreso global es escaso, y América Latina no escapa a esta tendencia.
Según el análisis, desde la firma del acuerdo, los compromisos nacionales de energías renovables sólo han aumentado un 2%, alcanzando los 7,4 teravatios (TW) para finales de esta década. La cifra está muy por debajo de los 11 TW necesarios para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Esto implica que, en lugar de avanzar hacia una triplicación de la capacidad instalada en 2022, los países solo apuntan a duplicarla, manteniendo intacta la brecha de 3,7 TW detectada tras la COP28.
En el caso de América Latina, los avances son limitados. Solo Brasil y México han actualizado sus metas energéticas desde la cumbre climática, y lo hicieron en el marco de sus planes nacionales de energía habituales, sin hacer referencia directa al compromiso global asumido. Ningún país latinoamericano ha incorporado aún la meta de triplicación en sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs), que son los planes climáticos oficiales que cada nación presenta ante la ONU.
Este panorama genera preocupación en una región con vasto potencial para el desarrollo de fuentes limpias como la solar, eólica e hidroeléctrica, pero que al mismo tiempo enfrenta desafíos estructurales como la desigualdad energética, la dependencia de los combustibles fósiles y una alta vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático.
Desde Ember advierten que sin una mayor ambición política y metas más claras, América Latina podría quedar rezagada en la transición energética global y perder una oportunidad estratégica para atraer inversiones, reducir los costos eléctricos y fortalecer su resiliencia frente a crisis futuras.
El informe abarca 96 países y la Unión Europea, que en conjunto representan el 97% de la capacidad renovable instalada a nivel mundial. La mayor parte del progreso se registró en Europa, donde 15 países actualizaron sus metas dentro de los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECPs). En contraste, fuera del continente europeo, sólo siete países realizaron modificaciones a sus objetivos, y no todos elevaron su nivel de ambición.
El estancamiento generalizado pone en duda la viabilidad de alcanzar las metas climáticas globales a tiempo. Mientras tanto, el reloj climático sigue corriendo.