Bancos Multilaterales de Desarrollo refuerzan su compromiso con la financiación climática en la apertura de la COP30
En el día inaugural de la COP30 los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD) reafirmaron su compromiso de fortalecer y acelerar la financiación climática, presentando un informe que propone nuevas métricas y metodologías para asignar recursos destinados a la naturaleza y la biodiversidad.
El documento, titulado “De la innovación al impacto: Construyendo resiliencia para las personas y el planeta”, analiza las mejores prácticas para ampliar los resultados de las inversiones climáticas y señala los principales obstáculos que aún deben superarse. Los hallazgos se debatieron durante el Evento de Alto Nivel sobre Adaptación con Presidentes y Vicepresidentes de Bancos Multilaterales y Fondos Climáticos, que reunió a representantes de instituciones financieras y gobiernos.
Nuevos fondos para la adaptación
Durante la sesión, los Fondos de Inversión Climática (CIF) anunciaron una contribución inicial de 100 millones de dólares de Alemania y España para el programa ARISE (Aceleración de las Inversiones en Resiliencia e Innovaciones para Economías Sostenibles), lanzado en octubre pasado. El gobierno alemán aportará 63,25 millones de dólares y el español 36,8 millones, fortaleciendo una iniciativa considerada ejemplar por los participantes.
La directora ejecutiva de la COP30, Ana Toni, celebró la medida como una muestra del espíritu de implementación que busca esta conferencia: “Este es exactamente el tipo de ejemplo que queríamos de esta COP: que fuera una COP de implementación, que fortaleciera el multilateralismo y mostrara cómo las personas pueden verse impactadas positivamente por esta transición energética”, afirmó.
“Invertir en resiliencia antes de la crisis”
Por su parte, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, llamó a actuar con anticipación frente a los impactos del cambio climático.
“El papel de los BMD es ayudar a los países a prepararse: invertir en resiliencia antes de que ocurra la crisis, no después. Eso significa ampliar la financiación, alinear los sistemas y poner la resiliencia en el centro de cómo planificamos, construimos y crecemos. Juntos, podemos convertir la preparación en protección y la resiliencia en oportunidad”, sostuvo.
El Subsecretario General de la ONU para la Acción Climática, Selwin Hart, advirtió que los países en desarrollo necesitan mayor atención y apoyo financiero para poder adaptarse a un clima que ya se está volviendo más extremo.
“Lo que necesitamos ahora es aceleración y escala. Necesitamos el liderazgo de los bancos multilaterales más que nunca para implementar la Hoja de Ruta de Bakú a Belém”, enfatizó.
Objetivos y desafíos
Los BMD reiteraron su apoyo al objetivo de Glasgow de duplicar la financiación para la adaptación respecto de 2019. En 2024, las instituciones otorgaron 137 mil millones de dólares en financiamiento climático para mitigación y adaptación, y movilizaron otros 134 mil millones de capital privado. De esos montos, 85 mil millones y 33 mil millones, respectivamente, se dirigieron a economías de ingresos bajos y medios.
El objetivo para 2030 es alcanzar 120 mil millones de dólares de recursos propios y 65 mil millones de capital privado movilizado, con una meta intermedia de 42 mil millones para adaptación.
No obstante, los bancos advirtieron que persisten barreras estructurales, como restricciones fiscales, carencia de proyectos listos para inversión y falta de coordinación entre sectores públicos y privados. Para superarlas, recomiendan alinear estrategias nacionales, crear incentivos claros para el sector privado, y convertir las políticas climáticas en oportunidades económicas viables.
Con este compromiso renovado, los Bancos Multilaterales de Desarrollo buscan demostrar que la financiación sostenible es una herramienta clave para traducir los compromisos internacionales en acciones reales de adaptación y resiliencia frente a la crisis climática.