COP30: Miles de manifestantes bloquean la sede de las negociaciones y exigen mayor acción climática

COP30 Manifestacion

Miles de manifestantes llevaron nuevamente su mensaje a las puertas de las conversaciones de la COP30 en Belém, Brasil, bloqueando de manera pacífica los accesos a la sede de la conferencia climática de Naciones Unidas.
La movilización reunió a organizaciones juveniles brasileñas, comunidades indígenas y movimientos climáticos internacionales, en una demostración masiva que exigió mayor ambición y respuestas concretas durante esta etapa crítica de las negociaciones globales.

Voz juvenil e indígena al frente del reclamo

Los activistas del movimiento Viernes por el Futuro destacaron la urgencia de incorporar a los jóvenes en los espacios de decisión de la ONU.
La filipina Rachelle Junsay, de Climate Action Philippines, expresó la frustración compartida por miles de jóvenes movilizados:
“Para nosotros, los jóvenes herederos del planeta, es muy frustrante. Hablamos del futuro, de la supervivencia de nuestra especie, y aun así quienes deciden no incluyen a las comunidades reales en la mesa”.

La protesta también reflejó el creciente protagonismo de los pueblos originarios, uno de los ejes centrales que la organización de la COP30 buscó visibilizar. Para muchos manifestantes, la exclusión persistente de estas comunidades en los procesos de negociación contrasta con el rol que desempeñan en la protección de los territorios afectados por la crisis climática.

Las primeras protestas permitidas desde 2021

Esta fue la primera vez en tres años que se permitió la realización de manifestaciones fuera de un recinto de negociaciones de la ONU sobre el clima, tras estrictas restricciones en cumbres anteriores realizadas en Azerbaiyán, Emiratos Árabes Unidos y Egipto.

A lo largo de la semana, las protestas ya habían interrumpido la dinámica de las reuniones. En dos ocasiones, los manifestantes rodearon el lugar de la cumbre, incluido un episodio registrado el martes en el que dos guardias de seguridad resultaron levemente heridos.
La marcha del sábado se organizó para confluir nuevamente en las inmediaciones de la sede, donde estaba prevista una jornada completa de sesiones.

La líder juvenil brasileña Ana Heloisa Alves, de 27 años, destacó que fue la mayor movilización climática en la que había participado:
“Es increíble. No se puede ignorar a toda esta gente”, afirmó, mientras su grupo portaba carteles en defensa del río Tapajós, cuya explotación comercial impulsa el gobierno brasileño.
“El río es para el pueblo”, repetían las pancartas.

Un movimiento que exige mayor participación

Pablo Neri, coordinador en Pará del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), sostuvo que las negociaciones deben abrirse a una participación más amplia que refleje la diversidad del movimiento climático global, el cual —afirmó— “está virando hacia una involucración popular más profunda”.

La jornada de protestas también estuvo marcada por movilizaciones específicas de comunidades indígenas, que en días previos habían bloqueado uno de los accesos principales a la conferencia para exigir mayor protagonismo en la toma de decisiones climáticas.

Expectativas moderadas para el cierre de la cumbre

Las conversaciones formales continuarán hasta el viernes 21 de noviembre. Sin embargo, analistas y participantes coinciden en que es poco probable que se alcance un acuerdo de gran magnitud este año.
Se espera, no obstante, que haya avances en compromisos anteriores, especialmente en temas de financiamiento climático y apoyo a países vulnerables para enfrentar los impactos del cambio climático.

En paralelo, se confirmó la ausencia de Estados Unidos en la cumbre. El país, bajo el gobierno de Donald Trump, volvió a retirarse del Acuerdo de París y el presidente ha reiterado su postura negacionista del cambio climático, calificándolo como “una estafa”. Su ausencia genera preocupación entre varios sectores que consideran indispensable la participación estadounidense para impulsar compromisos globales más sólidos.