El presidente de la COP30 llama a convertir las brechas climáticas en motores de transformación global

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A pocos días de la inauguración de la COP30 en Belém, el embajador André Corrêa do Lago, presidente electo de la conferencia, publicó este 8 de noviembre su novena carta abierta a la comunidad internacional, en la que insta a gobiernos, instituciones y actores globales a responder a la crisis climática con acciones decididas y un propósito común.

La misiva, que busca inspirar una nueva etapa de cooperación y acción, plantea que este momento histórico debe ser entendido como “el inicio de un cambio global radical”, enmarcado por la urgencia científica y el legado del Acuerdo de París.

Apoyándose en los últimos informes internacionales —entre ellos el Informe Global sobre Puntos de Inflexión, los informes del PNUMA sobre Brechas de Emisiones y Adaptación, y la Síntesis de las NDC de la CMNUCC—, Corrêa do Lago reconoce la magnitud del desafío climático, pero también las herramientas disponibles para enfrentarlo.

“El reto que tenemos por delante no es solo identificar lo que falta, sino movilizar lo que puede moverse: convertir los déficits de ambición, financiación y tecnología en fuerzas de aceleración”, escribió el embajador.

La carta reafirma que el Acuerdo de París está funcionando y que la COP30 será la primera en implementar completamente su ciclo político, tras la finalización de su reglamento en la COP29. De esta manera, los Planes Nacionales de Adaptación (PNA), las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y los Informes Bienales de Transparencia (IBT) se consolidan como instrumentos centrales de gobernanza climática global.

El documento también destaca las tres prioridades que guían la visión de la Presidencia brasileña: Reforzar el multilateralismo y el régimen climático bajo la CMNUCC.

  1. Conectar la acción climática con la vida cotidiana de las personas y la economía real.

  2. Acelerar la implementación efectiva del Acuerdo de París.

En ese marco, la Presidencia propone redefinir el concepto de ambición: ya no se trata solo de comprometer metas, sino de acelerar su ejecución. Energías limpias, restauración de bosques, reducción de emisiones de metano e innovación tecnológica son algunos de los ejes para alcanzar resultados tangibles con rapidez y equidad.

La Agenda de Acción de la COP30 se articulará en torno a seis ejes temáticos, conectando proyectos, actores y regiones en un ecosistema dinámico orientado a generar “puntos de inflexión positivos”. Desde la financiación climática hasta el impulso al emprendimiento sostenible, Belém se propone como un espacio de convergencia, donde los esfuerzos locales y globales se potencien mutuamente.

Asimismo, la carta sitúa a la Amazonía como contexto y catalizador del cambio. Con la deforestación en descenso por tercer año consecutivo en Brasil y la creación de nuevos mecanismos financieros como el Fondo Bosques Tropicales para Siempre, Corrêa do Lago subraya que la protección de los ecosistemas debe ir de la mano del bienestar de las comunidades.

“En Belém, la verdad debe encontrarse con la transformación, y la ciencia debe convertirse en solidaridad”, escribió el embajador. “Podemos transformar nuestra lucha climática, pasando del fracaso al avance decisivo. La COP30 puede ser la COP que marque un punto de inflexión en nuestra lucha climática”.