La Construcción en Seco se consolida como la opción más eficiente en un contexto económico desafiante
En un escenario económico donde cada peso cuenta, la Construcción en Seco se posiciona como la solución definitiva para quienes buscan construir con un presupuesto claro, previsible y sin sobresaltos. Más allá de su rapidez, este sistema —encabezado por el Steel Framing— optimiza la inversión de principio a fin, generando ahorros significativos que superan ampliamente el costo inicial de los materiales.
El problema central de la construcción húmeda tradicional (ladrillo y cemento) radica en la dificultad para controlar los costos reales. Los imprevistos por materiales mal calculados, el consumo de agua, los largos tiempos de fraguado y la logística compleja derivan en desperdicios, sobrecostos y demoras, afectando directamente la rentabilidad del proyecto.
Frente a esto, la Construcción en Seco propone una metodología basada en la eficiencia, la ingeniería de detalle y el control integral del proceso constructivo.
Según el Instituto de la Construcción en Seco (INCOSE), las claves económicas que explican su crecimiento en el país pueden resumirse en seis puntos:
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Cálculo milimétrico y cero desperdicio
Antes de iniciar la obra, se define con precisión la cantidad exacta de perfiles, placas, aislantes y tornillos. Los materiales llegan cortados a medida, eliminando casi por completo el desperdicio (inferior al 1%). En contraste, la construcción tradicional puede tener hasta un 30% de pérdidas en materiales como arena, cemento o ladrillos. -
Reducción drástica de los plazos de obra
Una obra en seco puede completarse hasta un 60% más rápido que una convencional. Menos tiempo implica menos meses de pago de mano de obra, menor carga financiera y un retorno de inversión más veloz, una ventaja clave en contextos de inflación. -
Menores costos de logística y fletes
Los materiales son más livianos, lo que reduce significativamente los costos de transporte y almacenamiento. Además, al necesitar menos espacio y manipulación, disminuyen los riesgos de roturas y pérdidas. -
Ahorro energético a largo plazo
Gracias al uso de aislantes térmicos y acústicos de alta performance, las viviendas en seco logran ahorros de hasta el 60% en energía destinada a calefacción y refrigeración. Esta eficiencia transforma a la vivienda en una inversión que se amortiza sola con el tiempo. -
Cimentaciones más livianas y económicas
Al ser estructuras más ligeras que la mampostería, las fundaciones pueden ser más simples, con menor uso de hormigón y hierro. Esto reduce uno de los costos iniciales más altos de cualquier obra. -
Mano de obra más eficiente
Si bien requiere capacitación técnica, el montaje en seco es más rápido y necesita menos personal en obra, lo que reduce las horas-hombre y optimiza los costos laborales.
“La gente suele comparar el precio por metro cuadrado inicial, pero no ve la película completa”, explica Francisco Pedrazzi, presidente de INCOSE. “La verdadera eficiencia económica de la Construcción en Seco está en la suma de todos estos factores: menos desperdicio, menos tiempo, menos logística, fundaciones más económicas y un ahorro energético de por vida. Cuando se pone todo en la balanza, la Construcción en Seco no solo es más predecible, sino que es una buena decisión para el bolsillo”.
Con un crecimiento sostenido en los últimos años, la Construcción en Seco no solo representa un cambio de paradigma técnico, sino también una nueva cultura de planificación y eficiencia económica, donde construir bien también significa construir de manera inteligente.