Polémica en Córdoba: el asfalto de la ruta E-64 reabre el debate ambiental
La licitación anunciada por el Gobierno de Córdoba para asfaltar la ruta E-64, que conecta Malagueño y La Calera, promete desatar un nuevo contrapunto. El tramo en cuestión, conocido como Camino de Ochoa y de 9,25 kilómetros, atraviesa la Reserva Natural de la Defensa La Calera, un área protegida de 11.373 hectáreas que forma parte del sistema de Parques Nacionales del país.
La decisión ya genera posiciones enfrentadas entre movimientos ambientalistas, conservacionistas, organismos de derechos humanos, dirigentes políticos y referentes académicos.
El principal foco de preocupación es el impacto ambiental que puede producir el asfaltado. Actualmente el camino es de tierra y es utilizado en gran medida por ciclistas y vecinos de la zona. Con el pavimento, advierten especialistas, habrá mayor circulación de vehículos, más ruido, basura y un aumento del riesgo de incendios.
“Un trazado asfaltado implicará una fuerte fragmentación de los ecosistemas y mayor presión sobre una zona que fue protegida justamente para conservar su biodiversidad”, señaló una bióloga de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
La controversia no es solo ambiental. El Camino de Ochoa atraviesa sectores vinculados a los Espacios de Memoria del ex Centro Clandestino de Detención de La Perla, uno de los mayores del país durante la última dictadura militar.
“Se trata de un predio con un valor histórico, simbólico y legal enorme. Aquí se hallaron pruebas clave que fueron utilizadas en los juicios por crímenes de lesa humanidad”, recordó un referente en derechos humanos, quien advirtió que las obras viales deben considerar este carácter singular.
El área protegida fue creada en 2009 tras un proceso de casi dos décadas de articulación entre el Estado nacional, organizaciones de la sociedad civil y la universidad. Desde entonces, está bajo jurisdicción del Ministerio de Defensa, en particular del Ejército Argentino, y forma parte de la red de Parques Nacionales.
La decisión buscó preservar los ecosistemas serranos y resguardar el sitio de memoria. Hoy, la licitación de la ruta vuelve a poner en tensión ese delicado equilibrio.
La polémica se suma a otro episodio ambiental ocurrido semanas atrás en Villa Allende, cuando se denunció la extracción de un quebracho centenario para finalizar una obra vial.
Entre los distintos actores, se repite una idea: la necesidad de avanzar en un ordenamiento territorial de largo plazo, participativo y colaborativo, que permita armonizar el desarrollo de infraestructura con la preservación ambiental y la memoria histórica.
Por ahora, la licitación sigue en pie, y el debate promete intensificarse en los próximos meses.