Southern Energy confirma segundo buque de licuefacción para exportar GNL desde 2027

Barco GNL

Southern Energy (SESA) anunció la decisión final de inversión (FID, por sus siglas en inglés) para instalar un segundo buque de licuefacción (FLNG) en la provincia de Río Negro, en lo que constituye un paso estratégico para posicionar a la Argentina como un nuevo proveedor mundial de gas natural licuado (GNL) a partir de 2027. Con esta confirmación, la empresa consolida la primera fase del proyecto “Argentina LNG”, un plan que busca transformar la abundancia de gas no convencional de Vaca Muerta en una fuente sostenible de divisas e influencia energética global.

La iniciativa, impulsada por un consorcio de empresas compuesto por Pan American Energy (30%), YPF (25%), Pampa Energía (20%), Harbour Energy (15%) y Golar LNG (10%), busca acelerar la inserción del país en el mercado internacional del GNL mediante soluciones de infraestructura flotante que permitirán reducir tiempos de desarrollo y costos.

Dos buques, un objetivo: exportar 6 millones de toneladas anuales de GNL

Los dos barcos de licuefacción —el Hilli Episeyo y el MKII, propiedad de la firma noruega Golar LNG— sumarán una capacidad combinada de producción de 6 millones de toneladas anuales de GNL, lo que equivale a unos 27 millones de metros cúbicos diarios de gas natural. Toda esta producción estará destinada a los mercados de exportación.

El Hilli Episeyo, con una capacidad de 2,4 millones de toneladas por año, fue originalmente construido en 1975 y reconvertido en 2017. Actualmente opera en Camerún, pero está previsto que inicie sus funciones en la costa rionegrina hacia el último cuatrimestre de 2027.

Por su parte, el MKII —casi 100 metros más largo que el Hilli— está siendo reconvertido en China para alcanzar una capacidad de 3,5 millones de toneladas anuales. Se espera su llegada a la Argentina y puesta en funcionamiento hacia fines de 2028.

Inversión estratégica: USD 15.000 millones para una nueva etapa gasífera

La magnitud del proyecto de Southern Energy se refleja en los números:

  • Primera etapa (2024-2031): inversión de más de USD 3.200 millones

  • Segunda etapa (2032-2035): inversión estimada de casi USD 2.800 millones

  • Inversión total en la vida útil del proyecto: más de USD 15.000 millones

Este financiamiento no sólo contempla las terminales flotantes, sino también obras de infraestructura complementaria, logística, transporte y nuevas inversiones en el upstream de Vaca Muerta, lo que permitirá acelerar el desarrollo de la cuenca neuquina como motor energético del país.

Además, se prevé que entre 2027 y 2035 el proyecto genere exportaciones por más de USD 20.000 millones, lo que podría aportar una fuente genuina de divisas en la balanza de pagos y una vía de monetización concreta de los vastos recursos gasíferos locales.

Durante la fase de construcción se generarán aproximadamente 1.900 empleos directos e indirectos, con una fuerte impronta local. Según comunicó la empresa, cerca del 50% de los bienes y servicios necesarios para la operación serán provistos por proveedores argentinos, y se desarrollarán activamente nuevos proveedores con el objetivo de fortalecer el entramado productivo nacional y fomentar el valor agregado interno.

Perspectiva operativa: continuidad todo el año

Una de las grandes ventajas del modelo adoptado por SESA es la posibilidad de operar todo el año a partir de 2028, lo que implica que el gas natural podrá ser licuado, almacenado y exportado sin interrupciones estacionales. Para ello, se proyecta el desarrollo de infraestructura de transporte específica, que incluye gasoductos de alimentación, plantas de acondicionamiento de gas, redes de distribución y servicios asociados en tierra y mar.

Con la confirmación del segundo buque, Southern Energy completa la fase inicial del proyecto Argentina LNG, que busca escalar progresivamente en los próximos años y sumar a otros actores del sector energético. El objetivo: convertir a la Argentina en un país exportador neto de GNL, generando una nueva industria con fuerte impacto económico, geopolítico y ambiental.

La elección de terminales flotantes, además de acortar plazos, permite una mayor flexibilidad y adaptabilidad a las condiciones del mercado. Este esquema también minimiza las barreras de entrada, reduce costos iniciales y ofrece una respuesta eficiente a la necesidad de monetizar recursos que, hasta ahora, permanecen subutilizados.

Una oportunidad histórica para el gas argentino

En un contexto global de transición energética, donde el gas natural cumple un rol de «puente» hacia fuentes más limpias, el proyecto de Southern Energy se alinea con las tendencias de descarbonización, pero sin resignar competitividad. Al mismo tiempo, la capacidad de exportar GNL posiciona a la Argentina como un proveedor confiable en momentos en que Europa y Asia buscan diversificar sus fuentes de suministro tras años de dependencia del gas ruso.

Con esta apuesta, el país se prepara para escribir un nuevo capítulo en su historia energética, uno que combine recursos abundantes, innovación tecnológica, inversión privada y proyección global. La consolidación del mercado de GNL no sólo ofrecerá estabilidad macroeconómica, sino también la posibilidad de redefinir el rol de Argentina en el mapa energético del siglo XXI.