Trump repite su política de negación climática y deja a Estados Unidos fuera de la mesa climática en la COP30
El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, no envió representantes oficiales a las negociaciones de la COP30, la cumbre climática mundial de la ONU que comenzó este lunes en Belém, en la Amazonía brasileña, según confirmaron a EFE fuentes oficiales.
Aunque la Administración federal no participa en las rondas formales, Estados Unidos sí tiene presencia en la conferencia, “pero por fuera de las negociaciones”, señalaron las mismas fuentes. La delegación norteamericana está integrada por gobernadores, alcaldes, empresarios y representantes de la sociedad civil, que buscan mantener vínculos con la agenda climática global pese a la postura del Ejecutivo.
La ausencia de representantes oficiales marca otro retroceso en la política climática estadounidense bajo el liderazgo de Trump, quien niega el calentamiento global y resta importancia al desarrollo de las energías renovables.
El mandatario republicano ya había firmado, el mismo 20 de enero, día de su asunción, el decreto para retirar nuevamente a su país del Acuerdo de París, decisión que repite lo ocurrido durante su primer mandato.
Pese a ello, especialistas recordaron que Estados Unidos no ha abandonado la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), por lo que mantiene su condición de parte, aunque sin compromisos concretos de reducción de emisiones.
Reacciones en la cumbre
Durante la apertura oficial de la COP30, el presidente anfitrión Luiz Ignácio Lula da Silva evitó referirse directamente a Trump, a quien había invitado personalmente a participar en el evento durante su encuentro del 26 de octubre en Kuala Lumpur.
No obstante, Lula sí lanzó un mensaje claro en defensa de la ciencia y la acción climática. “Debemos imponer una nueva derrota a los negacionistas que desprecian el calentamiento global, siembran el odio, difunden el miedo y atacan a las instituciones, la ciencia y las universidades”, afirmó el mandatario brasileño.
En su discurso ante los líderes mundiales la semana pasada, Lula ya había advertido sobre las “fuerzas extremistas que fabrican mentiras para perpetuar un modelo de degradación ambiental”, en una alusión indirecta a los gobiernos y actores políticos que frenan los compromisos globales.
Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, apuntó contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y afirmó que seguirá apostando a la tecnología verde y cuestionó la tonta decisión del líder de la Casa Blanca de no continuar con la acción climática del gobierno federal.
En esa línea, lamentó los ataques de la gestión de Trump a la energía limpia, que está creciendo rápidamente, dejándole así el mercado a China.
La ausencia de Estados Unidos en las negociaciones formales de la COP30 profundiza el vacío de liderazgo internacional en materia climática, en un momento clave para la implementación de la reducción de emisiones y la financiación de la transición energética.
Mientras el resto de las potencias buscan reforzar la cooperación y los compromisos para limitar el calentamiento a 1,5°C, la postura de Washington vuelve a poner en duda la capacidad de la comunidad internacional para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.