A menos de un mes de la COP30, organizaciones civiles advierten que no habrá salida posible a la crisis climática

Precop Brasilia

A menos de un mes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará en Belém (Pará, Brasil), un tema clave continúa sin ocupar el centro de las negociaciones: la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
Pese a que la quema de petróleo, gas y carbón es responsable de cerca del 70% de las emisiones globales que impulsan la crisis climática, todavía existe el riesgo real de que este compromiso vuelva a quedar fuera de la declaración final, como ocurrió en la COP29, donde el lobby petrolero tuvo una fuerte influencia en el resultado.

Durante estos días, mientras más de treinta jefes y jefas de delegación se reúnen en Brasilia en el marco de la Pre-COP —el último encuentro de alto nivel antes de Belém—, organizaciones de la sociedad civil desplegaron una campaña de alto impacto visual en las calles de la capital brasileña. El mensaje es contundente: “No hay solución posible a la crisis climática sin poner fin a los combustibles fósiles.”

La urgencia de un acuerdo ambicioso y verificable

En la COP28 de Dubái (2023), el texto del Balance Global del Acuerdo de París (Global Stocktake) reconoció por primera vez la necesidad urgente de alejarse de los combustibles fósiles en esta década crítica. También estableció metas para triplicar la capacidad mundial de energías renovables y duplicar la eficiencia energética hacia 2030.

Sin embargo, el avance del negacionismo climático, la falta de compromisos más ambiciosos y la escasez de financiamiento internacional suficiente para una transición justa ponen en duda la capacidad de los países para cumplir con esos objetivos.

Expertos y organizaciones advierten que la COP30 debe marcar un punto de inflexión y traducir los compromisos en acciones concretas, medibles y vinculantes. De lo contrario, el planeta quedará aún más lejos de la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.

Transición justa, financiamiento y protección de los ecosistemas

Un resultado sólido en Belém deberá incluir avances concretos para detener y revertir la deforestación y la degradación forestal, además de implementar el llamado “paquete energético” de la COP28: una transición justa, ordenada y equitativa lejos de los combustibles fósiles.

Esa transición requerirá financiamiento robusto y sostenido, especialmente para los países en desarrollo, que enfrentan mayores desafíos para transformar sus matrices energéticas sin comprometer su desarrollo económico y social.

Camino a Belém: la última oportunidad antes de 2030

Con el décimo aniversario del Acuerdo de París como telón de fondo, la COP30 será un momento decisivo para definir el rumbo de la acción climática global en los próximos años.
El éxito de la conferencia dependerá de la voluntad política de los gobiernos para reconocer lo evidente: no habrá transición energética, ni justicia climática, sin una eliminación real y planificada de los combustibles fósiles.