Alarma global por un nuevo reporte climático del gobierno de EE.UU.: científicos lo califican de «no creíble»

USA

Más de 85 científicos y especialistas en cambio climático advirtieron que el nuevo informe del Departamento de Energía (DOE) de Estados Unidos “no es científicamente creíble” y podría tener graves consecuencias para la política ambiental del país y del mundo.

La comunidad científica denuncia que el documento fue elaborado por un comité reducido de solo cinco autores, todos conocidos por relativizar la ciencia climática y sin la debida revisión por pares. Además, critican el uso de citas selectivas, estudios desactualizados y la omisión del amplio consenso científico expresado en los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y la Evaluación Nacional del Clima de EE.UU.

Según los especialistas, el informe parece haber sido diseñado con un objetivo claro: justificar el debilitamiento de regulaciones ambientales y favorecer a la industria de los combustibles fósiles.

Un informe con impacto legal y global

Lo más preocupante, remarcan, es que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) está utilizando este cuestionado reporte como base para revocar la histórica «Endangerment Finding» de 2009. Ese fallo obliga al Estado a regular las emisiones de gases de efecto invernadero por considerarlas una amenaza para la salud pública.

De anularse, se eliminaría el marco legal más importante con el que cuenta Estados Unidos para limitar la contaminación climática.

Esta decisión, advierten expertos, no se limitaría al ámbito interno. Como uno de los principales emisores y actores políticos globales, cualquier retroceso de EE.UU. en materia climática tiene efectos directos sobre las negociaciones internacionales. De cara a la COP30, que se celebrará en Brasil, el debilitamiento regulatorio en Washington podría impactar negativamente en la ambición de los compromisos globales.

Además, el informe podría ser utilizado por gobiernos de América Latina que enfrentan presiones similares de la industria fósil para justificar demoras o retrocesos en sus políticas climáticas.

Un espejo para América Latina

Frente a este intento de desinformación institucional, la respuesta de la comunidad científica estadounidense resulta reveladora. En menos de un mes, logró coordinar una revisión independiente del informe del DOE, desarmando sus argumentos y revalidando el consenso científico sobre el cambio climático.

Este tipo de respuesta, organizada y basada en evidencia, podría marcar un camino a seguir también en América Latina, donde la ciencia y la sociedad civil enfrentan desafíos similares. La desinformación climática, cuando proviene de organismos oficiales, requiere respuestas rápidas y coordinadas para evitar que se convierta en discurso oficial o justificación política.

En un contexto de creciente urgencia climática, lo que ocurre hoy en EE.UU. no solo pone en riesgo su propio liderazgo ambiental, sino que puede convertirse en un precedente global con consecuencias profundas para la acción climática en todo el continente.