Argentina lanza un nuevo Plan Nuclear y proyecta exportar tecnología desarrollada localmente

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En el marco del 75° aniversario de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), celebrado el pasado 30 de mayo en el Centro Atómico Ezeiza, el presidente del Consejo Nuclear y titular de Nucleoeléctrica Argentina, Demian Reidel, presentó oficialmente el nuevo Plan Nuclear Argentino. La ceremonia, realizada junto al tanque del reactor multipropósito RA-10, reunió a las máximas autoridades del ecosistema nuclear nacional, incluyendo a representantes de INVAP, CONUAR, Dioxitek, la Autoridad Regulatoria Nuclear y funcionarios del gobierno nacional.

El eje central del anuncio fue el inicio de la construcción de cuatro módulos del ACR-300, un reactor compacto de 300 megavatios de potencia, diseñado íntegramente por ingenieros argentinos. Estas unidades se instalarán en el sitio de Atucha y permitirán duplicar la capacidad nuclear instalada en el país, marcando un hito en el desarrollo energético nacional.

«Una pieza central de la nueva revolución energética»

“El ACR-300 es una maravilla tecnológica y una pieza central del Plan Nuclear. Vamos a ofrecer al mundo una fuente de energía limpia, estable y escalable”, afirmó Reidel. En un contexto global atravesado por la aceleración del consumo eléctrico —impulsado por la expansión de la inteligencia artificial y los centros de datos—, la energía nuclear resurge como una de las pocas fuentes capaces de garantizar una provisión continua y libre de emisiones.

“Hoy el mundo no tiene suficiente energía para lo que viene. Pero no sólo falta energía: lo que se necesita es un tipo de energía que sea limpia, estable y escalable. Y esa tecnología es la energía nuclear”, remarcó el funcionario.

Un reactor modular, local y exportable

El ACR-300 representa un cambio de paradigma en la industria nuclear. Al tratarse de un reactor modular, su construcción y operación pueden adaptarse a diferentes escalas, lo que facilita su replicación dentro y fuera del país. Esta característica es clave para otro de los objetivos del plan: su futura exportación.

Además de proveer energía al sistema eléctrico nacional, el gobierno planea licenciar la tecnología en el extranjero y vender el combustible asociado. “Esto no sólo va a transformar nuestra matriz energética, también va a cambiar la matriz exportadora de la Argentina. Contamos con una ventaja competitiva enorme: capital humano extraordinario y tecnología propia”, subrayó Reidel.

Un legado que se proyecta hacia el futuro

El acto de presentación fue también una conmemoración del legado científico y tecnológico de la CNEA, fundada en 1950, que ha sido responsable de los mayores avances en materia nuclear del país. El reactor RA-10, que será puesto en marcha este año, es otro símbolo de esa trayectoria: se convertirá en uno de los más potentes del mundo en su tipo, dedicado a la producción de radioisótopos para la salud y la investigación científica.

Con el lanzamiento del nuevo plan y la apuesta por el ACR-300, la Argentina no solo reafirma su liderazgo en el desarrollo nuclear en América Latina, sino que también se proyecta como actor relevante en el escenario energético global.