Bonn allana el camino hacia la COP30 con avances técnicos y dudas sobre financiamiento

COP30

De cara a la próxima Cumbre del Clima (COP30), que se celebrará en noviembre en Belém, Brasil, tuvo lugar la 62ª Sesión de los Órganos Subsidiarios (SB62) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). El encuentro se desarrolló del 16 al 26 de junio en Bonn, Alemania, y reunió a representantes de los países miembro con el objetivo de avanzar en temas clave de la agenda climática global.

Estas reuniones intersesionales constituyen un espacio técnico fundamental para preparar el terreno político y diplomático de las conferencias anuales, permitiendo definir consensos y limar diferencias de cara a los grandes acuerdos que se esperan alcanzar en la COP30.

Uno de los focos principales en Bonn fue el debate sobre adaptación al cambio climático, una prioridad de la presidencia brasileña de la COP30. También se abordaron aspectos centrales como la mitigación de emisiones y la transición justa, articulados a través de instrumentos como el Balance Mundial (Global Stocktake, GST), el Programa de Trabajo de Mitigación (MWP) y el Programa de Trabajo para una Transición Justa (JTWP).

Financiamiento climático: promesas sin concreciones

Pese a las expectativas, el financiamiento volvió a ser un tema donde los avances fueron escasos. La llamada Hoja de Ruta de Bakú a Belém, establecida en la COP29 como parte del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG), plantea escalar los flujos financieros climáticos desde los actuales 300 mil millones hasta 1,3 billones de dólares anuales.

Sin embargo, en Bonn las negociaciones al respecto no pasaron de rondas de consultas informales, sin avances concretos en cuestiones clave como la calidad de los fondos, las fuentes de financiamiento ni los mecanismos para su acceso. Tampoco se logró acordar una definición clara sobre qué se considera “financiamiento climático”.

“Esta indefinición puede abrir la puerta a falsas soluciones que no respondan a las necesidades reales, especialmente para los países en desarrollo”, advirtió Camila Mercure, coordinadora del área de Política Climática de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), quien participó del encuentro en Alemania.

Adaptación: menos indicadores, más acción

En el eje de adaptación, en Bonn se retomaron las negociaciones iniciadas en la COP29 para poner en marcha el Marco de Emiratos Árabes Unidos para la Resiliencia Climática Global, que incluye la Meta Global de Adaptación. El foco estuvo en el avance del Programa de Trabajo EAU-Belém, cuyo cierre está previsto para la COP30 y que busca establecer un conjunto de indicadores cualitativos y cuantitativos para evaluar los progresos de los países.

Durante la SB62, las discusiones giraron en torno a la necesidad de reducir la cantidad de indicadores y, al mismo tiempo, incluir los medios de implementación, particularmente el financiamiento. El texto acordado subraya que no existe un enfoque único para la adaptación, y reconoce la diversidad de contextos y necesidades nacionales.

“De cara a la COP30, se espera que la adaptación sea uno de los temas centrales de las discusiones. Los eventos extremos que afectan tanto a países en desarrollo como desarrollados son cada vez más frecuentes y severos, y requieren de acción inmediata para evitar mayores pérdidas y daños”, afirmó Victoria Laguzzi, integrante del área de Política Climática de FARN.

Transición justa: avances y desafíos

En cuanto al Programa de Trabajo para una Transición Justa, Camila Mercure destacó que el proceso culminó en Bonn con un texto ambicioso, que recoge muchas de las demandas del Sur Global y de la sociedad civil: principios orientadores, participación de todas las partes interesadas, cooperación internacional y una hoja de ruta para su implementación.

“Aún quedan discusiones clave, como la inclusión de sectores fundamentales para una transición justa y real en América Latina y otras regiones del Sur Global, como los combustibles fósiles, las energías renovables, los sistemas agroalimentarios, el transporte y los minerales para la transición. La COP30 será decisiva para traducir estos avances en acciones concretas centradas en los derechos humanos, la equidad y la protección de la biodiversidad”, concluyó Mercure.

La cuenta regresiva hacia la COP30 ya comenzó, y el resultado dependerá de cuánto puedan avanzar los países para transformar estos acuerdos técnicos en compromisos reales y efectivos frente a la crisis climática.