Colectivos sustentables: la Ciudad obliga que desde 2027 solo se sumen unidades con energía limpia

En un paso clave hacia la transición energética en el transporte urbano, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estableció que a partir de enero de 2027, todas las nuevas unidades de colectivos que se incorporen al sistema deberán utilizar tecnologías de energía limpia, como gas natural comprimido (GNC) o propulsión eléctrica.
“Esto va a ser un antes y un después en la ciudad de Buenos Aires”, aseguró Pablo Bereciartua, ministro de Infraestructura porteño, al referirse a la resolución firmada días atrás por el secretario de Transporte, Guillermo Krantzer. La normativa busca avanzar en la descarbonización del sistema de transporte público, una de las principales fuentes de emisiones de gases contaminantes en la ciudad.
La decisión se enmarca en el traspaso de las líneas de colectivos que operan exclusivamente dentro de la jurisdicción porteña –hoy son 30 tras la fusión de las líneas 6 y 50– y en los primeros pasos ya dados por la administración porteña en esta dirección: el reciente lanzamiento del eBus, la primera flota eléctrica que recorre el casco histórico, y el anuncio del Trambús, que comenzará a circular en 2026.
Actualmente, los colectivos representan el 40% de los 8,1 millones de viajes diarios que se realizan en transporte público dentro de la Capital Federal. Por ello, el cambio tecnológico en este sector es considerado clave para mejorar la calidad del aire, reducir las emisiones y avanzar hacia un modelo urbano más sustentable.
La medida se apoya en el marco legal de la Ley 2930 del Plan Urbano Ambiental, que promueve un sistema de transporte más limpio, intermodal y eficiente, y desincentiva el uso de automóviles particulares con el objetivo de optimizar la movilidad y reducir la contaminación.
También toma como antecedente la resolución 634 de 2017, que lanzó el Programa Piloto de Buses de Tecnología Limpia, con pruebas de unidades eléctricas e híbridas para evaluar su viabilidad en el contexto local. En ese entonces ya se había advertido que el parque automotor, en especial el transporte diésel, era uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire.
Con esta nueva normativa, Buenos Aires se suma a la tendencia global de electrificación del transporte público, en línea con los compromisos internacionales para enfrentar el cambio climático y mejorar la salud ambiental de las ciudades.