Cuenca del Golfo San Jorge: reestructuración o colapso

La Cuenca del Golfo San Jorge atraviesa un momento crítico. Con la retirada de YPF y Tecpetrol, las señales de alarma sobre la viabilidad económica de la región resuenan con fuerza. La escalada de costos operativos, sumada a una producción en declive, deja a la industria ante un desafío ineludible: reestructurar o sucumbir.
Durante los últimos años, la cuenca ha enfrentado una caída sostenida en la producción de crudo sin medidas contundentes para revertir el escenario. Hoy, los costos operativos han alcanzado niveles críticos, poniendo en jaque la rentabilidad de numerosos yacimientos.
La amenaza de despidos masivos y el impacto en la economía regional generan tensiones crecientes entre los trabajadores y las autoridades, que intentan contener la situación.
Marcelo Hirschfeldt, titular de Oil Production Consulting, advirtió sobre la gravedad del problema: “Los costos de operación en la Cuenca del Golfo San Jorge son insostenibles. La reestructuración es una necesidad ineludible para garantizar la continuidad de la industria”.
Empresas migran en busca de mejores condiciones
Uno de los fenómenos más preocupantes es la migración de empresas de servicios a Mendoza, donde los costos pueden ser hasta un 30% inferiores. “Las empresas están buscando mejores condiciones económicas y operativas. Mendoza se está convirtiendo en un polo atractivo debido a su competitividad”, destacó Hirschfeldt en diálogo con Radio del Mar.
Este desplazamiento de actores clave no solo debilita la estructura de servicios en Chubut, sino que también evidencia la urgencia de una reforma profunda para evitar el colapso del sector.
Con más de 13.000 pozos en actividad, el desafío es lograr mayor eficiencia con menos recursos. “El problema es que cada vez se extrae más agua para obtener menos petróleo, y eso dispara los costos”, explicó el especialista. La implementación de tecnologías más eficientes y la optimización de los procesos operativos se presentan como las únicas alternativas viables para evitar una crisis irreversible.
La Cuenca del Golfo San Jorge enfrenta un futuro incierto, pero la clave para su supervivencia está en la capacidad de adaptarse. La reducción de costos y una gestión más eficiente podrían redefinir su destino y mantener a flote una industria fundamental para la región.