Del campo a la mesa: cadena agroalimentaria, regeneración y cuidado del agua

Durante la 22ª edición de las Jornadas Argentina Sustentable, realizadas en el marco del Summit Buenos Aires, se llevó a cabo el Panel de Agroindustria, un espacio dedicado a debatir los avances, desafíos y oportunidades en la cadena agroalimentaria.
El panel contó con la participación de destacados referentes del sector: Pablo Leguizamón, de Bayer; Barbara Bradford, de Arcor; Silvina Bianco, de Coca Cola; Vanesa Vázquez, de Cervecería y Maltería Quilmes; y estuvo moderado por Pablo Gago, director de Futuro Sustentable.
En un mundo atravesado por desafíos ambientales sin precedentes, el sector agrícola emerge como un actor estratégico con capacidad para impulsar soluciones reales al cambio climático. Con esta convicción, Pablo Leguizamón de Bayer definió una visión ambiciosa: abordar los desafíos globales con una propuesta de transformación sustentable.
Desde esta perspectiva, el propósito de la agricultura en el combate del cambio climático va mucho más allá de la producción de alimentos. Hoy, se posiciona como una herramienta clave para regenerar suelos, remover carbono de la atmósfera y avanzar hacia procesos productivos descarbonizados.
Este enfoque Bayer se sintetiza en tres ejes de acción concretos: Regenerar los ecosistemas productivos, con prácticas que restauren la biodiversidad, mejoren la salud del suelo y fortalezcan la resiliencia del entorno agrícola; Remover carbono mediante la captura y almacenamiento en el suelo y la biomasa, contribuyendo activamente a la reducción de gases de efecto invernadero y Descarbonizar la cadena de valor, desde el uso eficiente de recursos hasta la implementación de tecnologías limpias y procesos circulares.
Además, se identifican desafíos claves para insertar a la agroindustria en los mercados de carbono, un paso necesario para reconocer el valor ambiental de las buenas prácticas agrícolas y facilitar el acceso a mecanismos de financiamiento climático. Entre esos desafíos se destacan: Ciencia aplicada a la agricultura, que permita medir, verificar y certificar el impacto de las prácticas agronómicas sobre las emisiones. Adopción efectiva de prácticas sostenibles por parte de los productores, con acompañamiento técnico e incentivos. Aceptación de los mercados, tanto regulados como voluntarios, que reconozcan el potencial del agro como sumidero de carbono.
En este contexto, Barbara Bradford de Arcor sostiene que los sistemas de producción de alimentos deben ser sostenibles para satisfacer la demanda de una población mundial creciente. Para ello, los modelos de producción agropecuaria regenerativos presentan soluciones que responden a esa demanda, al tiempo que abordan los principales desafíos ambientales de nuestro tiempo.
Como parte de su compromiso, Arcor avanza en la implementación de modelos conservacionistas para la producción de materias primas, que contribuyan activamente con la regeneración de los ecosistemas, intensificando las mejores prácticas agrícolas e incorporando tecnologías de precisión. A través de esta estrategia, se busca fortalecer la resiliencia de los ecosistemas y aportar a la estabilidad climática, promoviendo una interacción positiva entre los sistemas productivos y los ambientes naturales.
Comprometida con un modelo de desarrollo responsable, Silvina Bianco de Coca Cola señala que avanzan en la consolidación de una agenda de prioridades socioambientales que abordan los desafíos actuales con una mirada integral y transformadora.
Entre los ejes estratégicos se destaca la conservación del agua, uno de los recursos más valiosos y críticos del planeta. Coca Cola impulsa acciones concretas para proteger las fuentes hídricas en las regiones donde opera, adquiere ingredientes y tiene impacto directo en las comunidades, reafirmando su compromiso con la gestión sostenible de este recurso vital.
Otra de las prioridades clave es el fortalecimiento de la economía circular a través de una cadena de recolección y reciclado de envases cada vez más robusta. Aprovechando su escala y presencia en distintos territorios, la compañía busca fomentar una cultura del reciclaje que involucre a consumidores, gobiernos locales y aliados estratégicos.
En paralelo, el enfoque social cobra protagonismo mediante programas de empoderamiento económico. El objetivo es claro: transformar la vida de jóvenes, pequeños comercios y productores, brindando herramientas de formación, acceso a oportunidades y fortalecimiento de capacidades. Estas iniciativas promueven la inclusión, el crecimiento local y la creación de valor compartido.
Con esta agenda de prioridades, Coca Cola reafirma su propósito de generar un impacto positivo en las personas, las comunidades y el ambiente, alineando su negocio con los desafíos del presente y las oportunidades del futuro.
Por su parte Vanesa Vazquez de Cervecería y Maltería Quilmes destacó que continúan profundizando su compromiso con la sostenibilidad ambiental a través de una gestión responsable del agua, un recurso fundamental tanto para su proceso productivo como para las comunidades en las que opera. En línea con su visión de triple impacto, la compañía viene desarrollando estrategias específicas orientadas al cuidado de las cuencas hídricas en todo el país.
Consciente de que el agua no solo es un insumo crítico, sino también un bien común, Quilmes trabaja de manera articulada con gobiernos locales, organizaciones sociales y comunidades para proteger, restaurar y conservar las fuentes hídricas en las zonas donde tiene operaciones. Estas acciones forman parte de su objetivo global de reponer el 100% del agua que utiliza en sus procesos, mediante proyectos de infraestructura verde, forestación y mejora del acceso al agua segura.
Además, la compañía impulsa el uso eficiente del agua en sus plantas cerveceras y malterías, con tecnologías que permiten reducir el consumo por litro de bebida producida y mejorar la calidad del efluente tratado.