El 2025 expuso los límites de la adaptación climática: calor récord, sequías e inundaciones
El año 2025 quedará registrado como uno de los más extremos desde que existen mediciones climáticas. Así lo advierte el reporte anual 2025 de World Weather Attribution (WWA), una de las iniciativas científicas de referencia a nivel global en el análisis del vínculo entre cambio climático y eventos extremos.
Según el informe, durante el año se registraron olas de calor récord, sequías prolongadas, inundaciones, tormentas e incendios, con impactos humanitarios significativos y efectos desproporcionados sobre las poblaciones más vulnerables. Lejos de tratarse de episodios aislados, los investigadores señalan que estos fenómenos evidencian cómo el calentamiento global ya está llevando a amplios sectores de la población a los denominados “límites de la adaptación”, incluso en países con políticas de gestión de riesgos.
A nivel global, 2025 se ubicó entre los tres años más cálidos jamás registrados, a pesar de haber estado influenciado por condiciones de La Niña, que habitualmente contribuyen a moderar las temperaturas. El reporte subraya además que el promedio de temperatura de los últimos tres años superará por primera vez el umbral de 1,5 °C respecto de la era preindustrial, un valor central del Acuerdo de París.
Para la comunidad científica, este cruce marca un punto de inflexión: cada fracción adicional de grado incrementa la frecuencia, intensidad y duración de los eventos extremos.
América Latina bajo presión
América Latina ocupa un lugar destacado en el informe. De los 22 eventos extremos analizados en profundidad por WWA durante 2025, siete ocurrieron en las Américas, incluidos episodios de calor extremo en México y Argentina. En estos casos, los estudios de atribución concluyen que el cambio climático aumentó de manera significativa tanto la probabilidad como la intensidad de las olas de calor.
En Brasil, en tanto, amplias regiones atravesaron uno de los años más secos registrados, con impactos directos sobre la disponibilidad de agua, la producción agropecuaria y el riesgo de incendios forestales.
El informe también advierte sobre una desigualdad estructural que atraviesa a la región: la brecha de datos climáticos. En gran parte del Sur Global —incluida América Latina— la falta de registros meteorológicos de largo plazo y las limitaciones de los modelos climáticos dificultan los análisis de atribución. Esta carencia no reduce los impactos, pero sí limita la capacidad de demostrar científicamente el rol del cambio climático, con implicancias directas en la formulación de políticas públicas y el acceso a financiamiento internacional para adaptación.
Los números del clima extremo en 2025
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157 eventos climáticos extremos con impacto humanitario registrados a nivel global
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22 eventos analizados en profundidad, de los cuales 17 mostraron una clara influencia del cambio climático
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7 de esos eventos ocurrieron en las Américas
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Olas de calor hasta 10 veces más probables que en 2015
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El promedio global de temperatura cruzará por primera vez el umbral de 1,5 °C
Advertencias desde la ciencia
“2025 nos mostró que ya estamos en una nueva era persistente de clima extremo y peligroso”, señaló Theodore Keeping, investigador del Imperial College London. El científico también advirtió sobre un retroceso en la acción climática y el desfinanciamiento de sistemas de información clave, en un contexto en el que la evidencia sobre los impactos del cambio climático es cada vez más sólida.
En la misma línea, Sjoukje Philip, investigadora del Instituto Meteorológico Real de los Países Bajos (KNMI), sostuvo que el aumento sostenido de las emisiones de gases de efecto invernadero ha empujado al clima “a un nuevo estado, más extremo”, en el que fenómenos que antes eran excepcionales comienzan a convertirse en habituales.
El reporte de World Weather Attribution refuerza así una conclusión central: sin una reducción sostenida de las emisiones y un fortalecimiento de las políticas de adaptación, los eventos extremos que marcaron 2025 podrían consolidarse como la nueva normalidad climática.