La responsabilidad legal y la acreditación, pilares de una gestión ambiental seria y transparente en el Summit Buenos Aires

Panel Legal

Durante la 22ª edición de las Jornadas Argentina Sustentable, realizadas en el marco del Summit Buenos Aires, se llevó a cabo el Panel de Responsabilidad Ambiental: marco legal, herramientas y medidas de mitigación, en el cual destacaron el rol fundamental de la responsabilidad legal y la acreditación como pilares de una gestión ambiental seria, transparente y alineada con estándares internacionales.

El panel contó con la participación de destacados referentes del sector: Juliana Salvucci, del Estudio Macchiavello; Eliana Ditta, del Organismo Argentino de Acreditación; Mario Ismach, de CALIBA y Pablo Coronel, del Grupo Induser.

Juliana Salvucci, del Estudio Gabriel Macchiavello, señaló que “En Argentina, el régimen legal ambiental contempla la responsabilidad administrativa, civil y penal, que se aplica no solo a las organizaciones sino también se extiende a sus autoridades”; en particular, “la responsabilidad por daño al ambiente se extiende a los directores, gerentes y administradores en la medida de su participación” y; “en materia penal, son los directivos que intervinieron quienes resultan pasibles de las penas que impone el régimen de la Ley de Residuos Peligrosos (24.051)”. Subrayó que “se advierte hoy un aumento de las demandas que pretenden involucrar a las autoridades de las empresas, a la vez que, un incremento de las causas penales ambientales, con tendencia a criminalizar infracciones -en principio- administrativas”. Concluyó que las organizaciones deben estar preparadas para esta nueva realidad.

En tal sentido, subrayó que, “aun cuando el cumplimiento de las normas administrativas y las técnicas de prevención no eximen de responsabilidad, una adecuada y confiable gestión ambiental, así como la implementación de medidas de prevención y mitigación son fundamentales al momento de evaluar la responsabilidad de una compañía y sus autoridades”. Ejemplificó la realización de auditorías para corroborar el cumplimiento legal ambiental, la implementación de sistemas de gestión y control y un canal de comunicación con la comunidad, entre otros.

La otra gran herramienta puesta en valor fue la acreditación de laboratorios y entidades certificadoras, que garantiza la toma de decisiones sobre información confiable de los ensayos y análisis ambientales. “Uno de los principales beneficios es que permite obtener resultados confiables y reproducibles, lo que fortalece la confianza tanto de los organismos de control como de la ciudadanía”, señaló Eliana Ditta, del Organismo Argentino de Acreditación (OAA).

Según Ditta, la acreditación también asegura el cumplimiento normativo, gracias a la trazabilidad de los procesos y la estandarización de los métodos analíticos. “Esto es clave en auditorías, controles ambientales y litigios, donde la solidez técnica de los datos puede ser determinante”, agregó.

Pero los beneficios no terminan ahí. Contar con una acreditación reconocida facilita el acceso a mercados internacionales, al tiempo que permite participar de esquemas voluntarios de certificación ambiental, cada vez más valorados por consumidores y empresas comprometidas con la sustentabilidad.

En esa línea, Ismach, de Caliba, fue contundente: “Contratar un laboratorio acreditado bajo la norma ISO/IEC 17025 no es un gasto, es una inversión estratégica. Protege a las empresas, fortalece su reputación y aporta a la transparencia del sistema productivo nacional”. Esto, sin dejar de aclarar que tampoco la contratación de laboratorios acreditados implica erogación tanto mayor, pues el mercado cuenta con precios de referencia.

La jornada cerró con una intervención de Coronel, de Induser, quien presentó un monitoreo ambiental de calidad de aire de alto caudal y de monitoreo continuo en un proyecto de exploración a 4000 mts de altura. Allí, mostró no solo el uso de equipamiento de avanzada, sino también la participación de técnicos argentinos altamente capacitados, en trabajos exigidos por empresas que deben cumplir con normativas ambientales de alto estándar internacional.

En síntesis, el camino hacia una economía más verde y responsable no se transita solo con buenas intenciones: requiere normas claras, actores comprometidos, responsabilidad legal efectiva y datos ambientales técnicamente validados. La acreditación, la responsabilidad empresarial y la formación técnica local son herramientas clave para construir ese futuro.