Movilidad sustentable: el aporte del PVC a un futuro más verde

En el marco de la Semana de la Movilidad Sustentable (16 al 22 de septiembre), se pone en foco el rol de los materiales que contribuyen a una transición hacia un transporte más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Entre ellos, el PVC se destaca como una solución estratégica gracias a su eficiencia energética, durabilidad y alta reciclabilidad, cualidades que permiten reducir la huella de carbono y avanzar hacia un futuro más verde.
La tendencia hacia una movilidad más ecológica es clara: el 68,1% de los argentinos manifiesta preferencia por opciones sustentables, según datos de la Secretaría de Ambiente. En este contexto, el PVC aparece como un aliado fundamental no solo para optimizar el rendimiento de los vehículos, sino también para mitigar el cambio climático a través de un ciclo de vida sostenible y una menor demanda de recursos naturales.
Eficiencia energética y reducción de emisiones
Uno de los mayores aportes del PVC radica en su bajo consumo energético en la producción, que requiere hasta un 50% menos de energía que el acero, lo que implica menores emisiones de CO₂ desde el inicio de su ciclo de vida. Además, su ligereza lo convierte en un insumo clave para la industria automotriz, ya que vehículos más livianos consumen menos combustible y emiten menos gases de efecto invernadero.
De acuerdo con el Consejo Europeo de Fabricantes de Vinilo (ECVM), un vehículo promedio utiliza alrededor de 150 kg de plásticos, incluidos componentes de PVC, lo que se traduce en una reducción del consumo de combustible de entre el 10% y el 12%, equivalente a un ahorro anual de 12 millones de toneladas de combustible y más de 30 millones de toneladas de CO₂.
En la misma línea, la Federación Británica de Plásticos calcula que cada 100 kg de plásticos sustituyen entre 200 y 300 kg de materiales tradicionales, lo que a lo largo de la vida útil de un vehículo significa 750 litros menos de combustible consumido y menores emisiones contaminantes.
Más confort y eficiencia en el transporte
El PVC también aporta a la eficiencia energética dentro del habitáculo de los vehículos, gracias a su baja conductividad térmica que ayuda a mantener la temperatura interior y reduce el uso de sistemas de calefacción o aire acondicionado. A esto se suma su capacidad de aislamiento acústico, lo que mejora la experiencia de viaje tanto en autos particulares como en unidades de transporte público.
Durabilidad y economía circular
La sustentabilidad del PVC también se mide en su larga vida útil: el 85% de sus aplicaciones son de larga duración, alcanzando incluso más de 100 años en el caso de componentes de infraestructura. En el transporte, su uso se traduce en una menor necesidad de reemplazo de piezas y, por ende, en menos generación de residuos. Ejemplo de ello son los pisos de colectivos y trenes fabricados en PVC, diseñados para resistir el desgaste extremo del uso diario.
A esto se suma su capacidad de reciclabilidad, ya que el material puede ser reprocesado hasta siete veces sin perder sus propiedades, lo que permite reincorporarlo a la cadena productiva en un esquema de economía circular.
Un material clave para el futuro de la movilidad
“Es fundamental destacar el rol de los materiales inteligentes en la construcción de un futuro más limpio y eficiente. El PVC, con sus probados beneficios en eficiencia energética, durabilidad y reciclabilidad, se posiciona como un motor de cambio para la industria del transporte en Argentina”, destacó Miguel García, director ejecutivo de la Asociación Argentina del PVC (AAPVC).
Con estos aportes, el PVC se consolida como un protagonista de la movilidad sustentable, acompañando el crecimiento de la industria automotriz argentina y respondiendo a la creciente demanda de los consumidores por un transporte más responsable con el medio ambiente.