La COP30 cerró con el “Mutirão Global”: un llamado a una movilización planetaria contra el cambio climático
En el corazón de la Amazonia y en el marco del décimo aniversario del Acuerdo de París, la COP30 concluyó con la aprobación del documento “Global Mutirão: Uniting humanity in a global mobilization against climate change”, una declaración que busca marcar el paso de las negociaciones a la implementación efectiva y urgente de la acción climática. El texto enfatiza cooperación, financiamiento y justicia climática como pilares de una nueva etapa del régimen climático internacional.
La declaración reconoce explícitamente que el mundo “aún está fuera de trayectoria” para cumplir con la meta de 1,5 °C y alerta sobre la rápida reducción del presupuesto de carbono disponible. Con base en la ciencia del IPCC, exige reducciones globales de emisiones del 43% para 2030 y 60% para 2035 respecto de 2019, con cero neto para 2050.
La cumbre —autodefinida como la “COP de la Verdad”— subraya la importancia de restaurar la confianza internacional, fortalecer el multilateralismo y acelerar la acción climática durante esta década crítica.
El lanzamiento de un “Mutirão Global”
Uno de los conceptos centrales del texto es la convocatoria a un “mutirão global”, expresión brasileña que alude a un trabajo colectivo masivo y solidario. La COP30 llama a todos los actores —Estados, sector privado, ciudades, academia, pueblos indígenas y sociedad civil— a una movilización coordinada para escalar la acción climática, con foco en ambición, implementación y financiamiento.
El documento reconoce la relevancia de los pueblos indígenas, comunidades locales y juventudes en la defensa de territorios, conocimiento y derechos, y destaca la necesidad de respetar salvaguardas ambientales y sociales, especialmente en ecosistemas críticos como la Amazonia.
El texto marca el cierre de un hito institucional: la combinación entre la primera ronda de revisión del Global Stocktake, la presentación de nuevas NDC, los Planes Nacionales de Adaptación y los primeros Informes Bienales de Transparencia. Con esto, el Acuerdo de París entra formalmente en una etapa de ejecución permanente.
La COP también insta a los países que aún no presentaron sus nuevas NDC a hacerlo de inmediato, y anima a actualizar los compromisos en cualquier momento para elevar su ambición.
Financiamiento: un punto clave
Uno de los pasajes más fuertes del documento es el reclamo por ampliar los flujos financieros. La declaración:
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reafirma que los países desarrollados deben proveer financiamiento a los países en desarrollo;
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reclama acelerar la reforma de la arquitectura financiera internacional;
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destaca la necesidad de un aumento “de múltiples veces” del financiamiento disponible;
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llama a movilizar al menos USD 1,3 billones anuales para 2035, con especial atención a la adaptación;
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y convoca a triplicar los flujos de los fondos climáticos (GEF, GCF, Adaptation Fund) hacia 2030.
Asimismo, reconoce el rol del nuevo Fondo de Pérdidas y Daños, que deberá adoptar un mecanismo de reposición periódica.
Nuevos mecanismos: el “Acelerador Global de Implementación” y la “Misión Belém al 1.5”
La COP30 creó dos iniciativas orientadas a acompañar y monitorear la implementación:
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Global Implementation Accelerator
Diseñado para brindar apoyo técnico y coordinar cooperación internacional para que los países logren ejecutar sus NDC y PNAs. -
Belém Mission to 1.5
Un proceso político y técnico liderado por varias presidencias de la COP que se enfocará en inversión, cooperación y seguimiento de metas de mitigación y adaptación.
Ambas iniciativas funcionarán hasta la COP32.
El documento incorpora un capítulo específico sobre el rol del comercio internacional en la acción climática, evitando medidas discriminatorias y convocando a diálogos formales con la OMC, la UNCTAD y el ITC, en un contexto donde el ajuste de carbono en frontera europeo sigue siendo un punto de tensión global.
Para la Argentina, el cierre de la COP30 deja varios desafíos concretos:
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Actualizar su NDC para alinearla a las trayectorias de 1,5 °C, algo que aún está pendiente.
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Completar el Plan Nacional de Adaptación, un requerimiento que el documento reafirma para 2025.
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Aprovechar la mayor disponibilidad de financiamiento, especialmente para transición energética, adaptación y gestión de riesgos climáticos.
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Impulsar políticas subnacionales coordinadas, dado el énfasis del texto en actores locales, ciudades y ecosistemas estratégicos.
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Entender y prepararse para los nuevos debates sobre comercio y clima, en particular en sectores como agroindustria y energía.
Con la aprobación del “Global Mutirão”, la COP30 envía un mensaje contundente: las herramientas ya existen, pero falta implementación. El desafío ahora es transformar compromisos internacionales en resultados medibles, con financiamiento adecuado, cooperación real y políticas climáticas más ambiciosas.
En Belém, en la selva amazónica, el mundo recordó que la ventana para mantener vivo el 1,5 °C aún existe, pero es cada vez más estrecha. El “mutirão global” será la prueba de si la comunidad internacional logra actuar con la velocidad que exige la ciencia.