Día del Ambiente: alertan sobre la degradación de ecosistemas en Argentina

En un contexto de crisis ecológica global, Argentina enfrenta la pérdida acelerada de ecosistemas clave y especies en peligro. Expertos advierten que aún estamos a tiempo de revertir esta situación.
La naturaleza está enviando señales cada vez más claras y alarmantes: incendios forestales, pérdida de bosques, humedales y glaciares, extinción acelerada de especies y el avance sin freno de actividades extractivas que erosionan el equilibrio ecológico del planeta. Frente a este escenario, el Día Mundial del Ambiente, que se conmemora cada 5 de junio, se presenta como una oportunidad para detenerse, reflexionar y, sobre todo, actuar.
Argentina, uno de los países más biodiversos de América Latina, cuenta con una riqueza natural invaluable: bosques, humedales, océanos y glaciares que cumplen funciones fundamentales como la regulación del clima, el abastecimiento de agua dulce, la conservación de suelos y la provisión de hábitats para miles de especies. Sin embargo, estos ecosistemas están siendo degradados a un ritmo alarmante. En las últimas tres décadas, se han perdido más de 7 millones de hectáreas de bosques nativos, principalmente por desmontes e incendios forestales, en su mayoría de origen humano, que se repiten cada año con mayor intensidad y frecuencia.
“Cada día que pasa sin medidas concretas es una oportunidad perdida para proteger el ambiente en todas sus formas. Restaurar y conservar nuestros ecosistemas es esencial para garantizar agua, aire limpio y alimento para las generaciones presentes y futuras”, advierte Agostina Rossi Serra, especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina.
La crisis climática también está íntimamente ligada a esta situación. Cerca del 38 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país provienen de la deforestación, la ganadería y la agricultura. Esto demuestra que no es posible pensar una estrategia contra el cambio climático sin una fuerte política de conservación de la naturaleza. “Restaurar ecosistemas y detener la destrucción no es solo una cuestión ambiental: es una estrategia vital para garantizar un futuro justo, habitable y sostenible”, agrega Rossi Serra.
Biodiversidad en riesgo, futuro en juego
La pérdida de biodiversidad no es una amenaza futura: es una realidad presente. Más de un millón de especies están hoy en riesgo de extinción en todo el mundo, según estimaciones de la comunidad científica internacional. En Argentina, uno de los casos más simbólicos es el del yaguareté. Este felino, que necesita grandes extensiones de bosque continuo para sobrevivir, está desapareciendo junto con su hábitat en la región chaqueña, donde se estima que quedan menos de 20 ejemplares. La situación del yaguareté expone el impacto directo de las actividades humanas sobre los equilibrios naturales.
A pesar del panorama crítico, también hay señales alentadoras. Cada vez más comunidades se organizan para defender sus territorios, crecen las redes de restauración ecológica y se multiplican los proyectos que promueven una relación más armónica con la tierra y los saberes locales. La naturaleza tiene una notable capacidad de regeneración, pero necesita tiempo, protección y, sobre todo, políticas públicas eficaces que acompañen su recuperación.
“El Día del Ambiente es mucho más que una fecha en el calendario: es un llamado urgente a cuidar aquello que nos sostiene”, concluye Rossi Serra.
Este 5 de junio es una oportunidad para volver a mirar lo esencial. La salud del planeta está estrechamente ligada a la salud de las personas, y proteger el ambiente no es una opción: es una responsabilidad colectiva. La naturaleza aún puede sanar, si las decisiones que tomamos como sociedad están a la altura del desafío.