El sueño del hidrógeno verde en Argentina: alto potencial, bajo ritmo

Argentina tiene todo para convertirse en una potencia global en la producción de hidrógeno verde: viento constante en la Patagonia, sol abundante en el norte y una geografía privilegiada. Sin embargo, a pesar de los anuncios millonarios y el entusiasmo oficial, los avances concretos son escasos y lentos, mientras países vecinos como Chile, Brasil y Uruguay ya están consolidando proyectos.
En 2021, la australiana Fortescue Future Industries sorprendió con la promesa de invertir 8.000 millones de dólares en Río Negro. Un año después, MMEX Resources anunció 500 millones para Tierra del Fuego. Pero a casi tres años de esos anuncios, poco ha cambiado en el terreno. Las obras no comenzaron y los plazos parecen cada vez más difusos.
El contraste regional es contundente. Chile cerró 2024 con inversiones por más de 25.000 millones de dólares en hidrógeno verde. En Brasil, el proyecto Pecém —también de Fortescue— avanza con una capacidad proyectada de 168.000 toneladas anuales. Y Uruguay inició la construcción de una planta en Fray Bentos con una inversión de 38 millones de dólares.
En Argentina, los pasos siguen siendo preliminares. Fortescue adquirió derechos sobre un parque eólico en Cerro Policía, Río Negro, con un posible anuncio recién en 2026. También firmó un memorándum de entendimiento con la provincia de Santa Cruz para instalar una refinería de hidrógeno. “Nuestra provincia tiene las condiciones naturales para liderar el desarrollo del hidrógeno verde”, afirmó recientemente el gobernador Claudio Vidal. “Queremos que estos proyectos generen producción y empleo con una fuerte mirada de sostenibilidad a largo plazo”.
Desde Chubut también se sumaron a los anuncios. El gobernador Ignacio Torres aseguró que se trabaja con la empresa polaca Green Capital en una posible inversión de más de 10.000 millones de dólares. Sin embargo, como en los casos anteriores, aún no hay detalles concretos ni cronogramas definidos.
¿Por qué no despega el hidrógeno verde en Argentina?
Especialistas apuntan a la falta de condiciones estructurales. “Hay dos grandes problemas: la incertidumbre sobre quién comprará el hidrógeno a largo plazo y la falta de un marco regulatorio sólido”, explicó Juan Cruz Azzarri, abogado especializado en energía, en diálogo con Reuters.
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), incluido en la Ley Ómnibus del Gobierno nacional, es considerado un avance. Pero, según los expertos, todavía no es suficiente. “Se necesitan plazos más flexibles y reglas claras que perduren en el tiempo”, señalan.
Además, el contexto global tampoco es del todo favorable. El hidrógeno verde sigue siendo un combustible caro y su mercado aún se está formando. En este escenario, los países con condiciones jurídicas más estables y políticas de largo plazo son los que logran captar inversiones.
Argentina, mientras tanto, sigue en pausa. Su potencial como productor de hidrógeno verde es indiscutible, pero sin seguridad jurídica ni un plan integral de desarrollo, el país se arriesga a ver cómo el tren de la transición energética pasa por al lado sin subir a bordo.